La
artritis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones consistente en la inflamación o desgaste de una
articulación.
Puede darse tras una lesión cuya cura no terminó como debería, por el
acumulamiento excesivo de ejercicio en las articulaciones, u otras
causas. Su riesgo, dependiendo de lo desarrollada que esté, puede llegar
a ser muy grave, llegando a inmovilizar completamente la articulación
en la que se presente. En algunos casos, se extiende a todas las
articulaciones e impide una vida normal y la posterior discapacidad de
movimiento en todo el cuerpo. Si la artritis no está muy avanzada, puede
tratarse con tratamientos especializados y sesiones de terapia. La
Osteoartritis como la
Artritis reumatoide precisan tratamientos diferentes bajo la supervisión de un
reumatólogo.
Osteoartritis
La osteoartritis, también llamada
artrosis, es una deformación producida por el desgaste de los cartílagos entre los
huesos,
de tal manera que estos cartílagos desaparecen dando lugar a que los
huesos se rocen unos con otros, principalmente en las extremidades,
provocando
dolor e
inflamación. Su área de afección se limita a zonas específicas o locales. El tratamiento farmacológico es sintomático y consiste en
antiinflamatorios y
analgésicos para hacer frente al dolor.
Artritis reumatoide
A diferencia de la anterior, la artritis reumatoide se extiende a
todo el cuerpo inflamando los cartílagos y la membrana sinovial
alrededor de las uniones de los huesos. Se la considera una
enfermedad autoinmune
en la que el cuerpo comienza a atacarse a si mismo y puede afectar
otros órganos. En las articulaciones afectadas se produce la salida del
líquido sinovial,
un líquido grasoso que sirve para lubricar y proteger contra el roce y
desgaste de los huesos. El tratamiento farmacológico suele ser bastante
agresivo y consiste en
antiinflamatorios,
corticoides e
inmunosupresores, dependiendo de la gravedad del cuadro.
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