sábado, 10 de noviembre de 2012

como es el cancer en los huesos


es importante el calcio


como prevenir enfermedades en los huesos


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Al momento de cuidar nuestros huesos y prevenir enfermedades que los afectan como la osteoporosis, nunca olvidamos nutrientes como el calcio o la vitamina D, sin embargo, en diversos estudios se ha comprobado que para cuidar nuestros huesos no debemos olvidar el consumo de vitamina K, pues sus niveles adecuados contribuyen a una buena densidad ósea.
Si bien el rol principal de esta vitamina es intervenir en la coagulación de la sangre, su déficit en el organismo se asocia a baja densidad ósea y mayor riesgo de fracturas, por eso para prevenir enfermedades en nuestros huesos no debemos olvidar el consumo de vitamina K.
En nuestro organismos se produce vitamina K por bacterias intestinales, pero podemos cubrir fácilmente las recomendaciones de 120 microgramos y 90 microgramos diarios en hombres y mujeres respectivamente, con sólo sumar a nuestra dieta vegetales como espinacas, brócoli, repollo, lechugas y coles de Bruselas que tienen una alta proporción de esta vitamina.
Ya sabes si quieres cuidar tus huesos no sólo debes contar con una dieta suficiente en calcio y vitamina D, sino que además debes recordar el rol de la vitamina K en la densidad mineral ósea y sumar hábitos de ejercicio regular así como otros que contribuyen a la salud de los huesos.

que es la artitris


Artritis
Arthrite rhumatoide.jpg
Manos afectadas con artritis reumatoide un forma autoinmune de artritis














La artritis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones consistente en la inflamación o desgaste de una articulación. Puede darse tras una lesión cuya cura no terminó como debería, por el acumulamiento excesivo de ejercicio en las articulaciones, u otras causas. Su riesgo, dependiendo de lo desarrollada que esté, puede llegar a ser muy grave, llegando a inmovilizar completamente la articulación en la que se presente. En algunos casos, se extiende a todas las articulaciones e impide una vida normal y la posterior discapacidad de movimiento en todo el cuerpo. Si la artritis no está muy avanzada, puede tratarse con tratamientos especializados y sesiones de terapia. La Osteoartritis como la Artritis reumatoide precisan tratamientos diferentes bajo la supervisión de un reumatólogo.

Osteoartritis

La osteoartritis, también llamada artrosis, es una deformación producida por el desgaste de los cartílagos entre los huesos, de tal manera que estos cartílagos desaparecen dando lugar a que los huesos se rocen unos con otros, principalmente en las extremidades, provocando dolor e inflamación. Su área de afección se limita a zonas específicas o locales. El tratamiento farmacológico es sintomático y consiste en antiinflamatorios y analgésicos para hacer frente al dolor.

Artritis reumatoide

A diferencia de la anterior, la artritis reumatoide se extiende a todo el cuerpo inflamando los cartílagos y la membrana sinovial alrededor de las uniones de los huesos. Se la considera una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo comienza a atacarse a si mismo y puede afectar otros órganos. En las articulaciones afectadas se produce la salida del líquido sinovial, un líquido grasoso que sirve para lubricar y proteger contra el roce y desgaste de los huesos. El tratamiento farmacológico suele ser bastante agresivo y consiste en antiinflamatorios, corticoides e inmunosupresores, dependiendo de la gravedad del cuadro.

para sirven los huesos cortos en los pies y manos


LOS PIES Y LAS MANOS

LOS PIES

Por María Elena Schiariti
www.reflexpies.com.ar

Nuestro cuerpo es nuestra casa y los huesos, las columnas y paredes que la protegen y dan forma. En esta analogía los pies ocuparían el lugar de los cimientos que nos soportan y el apoyo desde el cual nos construimos.

Al ser el pie, el terreno en el que el reflexólogo desarrollará su tarea es indispensable que conozca, tanto con el entendimiento como con el tacto su conformación y estructura, sus partes blandas y duras, las áreas palpables de sus huesos, la organización y distribución de los mismos y la posibilidad de movimiento de sus articulaciones. Del mismo modo músculos, ligamentos y tendones que desarrollaremos más adelante.

Morfología del pie

Mirándolo de frente reconocemos: la región del tobillo: la garganta, el maléolo interno y externo, el dorso del pie, los bordes interno y externo.

De espaldas observamos: el Tendón de Aquiles, el talón (el volumen del calcáneo) y los maléolos interno y externo.

De perfil externo vemos: el borde externo, la saliente del 5º metatarsiano, el hueco cuboides, el talón, el tendón de Aquiles y el maléolo externo.

De perfil interno distinguimos: el tendón de Aquiles, el maléolo interno, el arco plantar interno, la articulación metatarso falángica del dedo 1.

De abajo: la planta del pie donde encontramos el talón, el istmo, la bóveda plantar, el colchón metatarsiano (articulaciones metatarso-falángicas) y los pulpejos de los dedos.
Estructura ósea del pie
En la estructura ósea del pie intervienen huesos largos y cortos. E1 pie está constituido por 26 huesos que se distribuyen en 3 regiones:

Falanges - Metatarso - Tarso

Falanges:

Son 14 huesos largos. Cada dedo tiene tres falanges: proximal, medial y distal. E1 dedo gordo es una excepción ya que tiene dos: proximal y distal. Llamamos a las articulaciones entre las falanges: interfalángicas.

Los dedos 2 al 5 tienen dos articulaciones interfalángicas, mientras que el dedo 1 tiene una.

Metatarso:

Son 5 huesos largos que se articulan, por un lado con las falanges conformando así las articulaciones metatarso-falángicas y por otro con los huesos del tarso. Las epífisis proximales de los metatarsianos 1º, 2º y 3º se articulan con los cuneiformes 1º, 2º y 3º respectivamente y los metatarsianos 3º y 4º con el cuboides. De esta última articulación surge el “hueco cuboides”, inmediatamente debajo de la saliente del 5º metatarsiano.

Tarso:

Son 7 huesos colocados en dos hileras.

La primera, donde los huesos del tarso se articulan con los metatarsianos se compone, desde lo medial a lo lateral de: tres cuneas y el cuboides, detrás de las cuneas, el escafoides.

En la segunda hilera, el astrágalo arriba y el calcáneo abajo. Éste es el hueso mayor del tarso, se prolonga hacia atrás para constituir el talón. Por arriba se articula con el astrágalo y por delante con el cuboides. Las articulaciones del tarso son de poca movilidad. La parte superior del astrágalo presenta una superficie articular en forma de polea que encaja entre los maléolos articulándose con la tibia y el peroné formándose así la tibio-peróneo-astragalina.

Los arcos

La estructura del pie es similar a la de la mano con algunas diferencias que la adaptan para soportar peso. Los huesos del pie están unidos de manera que forman los arcos flexibles longitudinal y transversal. El arco doble brinda una base muy estable. El arco longitudinal forma un arco de adelante hacia atrás y el arco transversal o metatarsiano lo hace de lo medial a lo lateral.

El peso del cuerpo se transmite por la tibia al astrágalo. Se distribuye después por el calcáneo y, a través del escafoides se transmite a los metatarsianos.

El arco longitudinal medial lo forman el calcáneo, el astrágalo, el escafoides y las cuneas conjuntamente con los metatarsianos 1, 2 y 3.

El arco longitudinal lateral lo forman el calcáneo y el cuboides junto con los metatarsianos 4 y 5.

En el arco transversal o metatarsiano los metatarsianos y la hilera distal de los huesos del tarso, cuneas y cuboides, se articulan de una manera que forman un arco transversal en el pie.

Los huesos se mantienen en posiciones arqueadas por acción de ligamentos, músculos y tendones en la planta del pie.

LAS MANOS

Estructura ósea de la mano

La mano tiene 27 huesos distribuidos en tres regiones:

Falanges, Metacarpo y Carpo.

Falanges:

Son 14. Tres en los dedos índice, mayor, anular y meñique y dos en el pulgar. Desde el centro de la mano a la periferia las nombramos falanges proximales, mediales y distales o falange, falangina y falangeta. Las articulaciones interfalángicas permiten los movimientos de flexión y extensión.
Metacarpo:
Son 5 huesos largos que se numeran del 1 al 5 desde el que se articula con el pulgar hasta el que lo hace con el meñique. Las articulaciones metacarpo/falángicas permiten los movimientos de flexión, extensión, aducción, abducción y circunducción.

Carpo:
Huesos de articulación semimóvil:

(1) escafoides
(2) semilunar
(3) piramidal
(4) pisiforme
(5) trapecio
(6) trapezoide
(7) grande
(8) ganchoso.
La mano se articula con el cúbito y radio y los movimientos de la articulación de la muñeca son: flexión, extensión, abducción, aducción, circunducción.

La movilización de las articulaciones de la mano estimula las áreas reflejas y también es depuradora de las toxinas que suelen encontrar en los espacios articulares un lugar propicio para depositarse.

cancer en los huesos


¿QUÉ ES?

Relativamente raro, el cáncer de huesos ocurre cuando células cancerosas aparecen en los tejidos óseos.

Normalmente las células se dividen de forma organizada, cuando no sucede así y las células de los huesos se reproducen de modo acelerado, se puede formar un bultito de tejido, también conocido como tumor.

Este puede ser benigno si las células que lo forman no se extienden o invaden otros órganos, de lo contrario es considerado como un tumor maligno. Este tipo de cáncer puede ser primario, es decir cuando se origina en los huesos o secundario (metastático), en caso de que sea proveniente de otro órgano, como del pulmón, mama, próstata, entre otros.

CAUSAS

Al igual que en la mayoría de los tipos de cánceres, la causa de cáncer de huesos primario se desconoce, pero estudios recientes han demostrado que la genética juega un papel importante. Los más representativos son el osteosarcoma y el sarcoma de Ewing

El osteosarcoma, es un padecimiento que se presenta con más frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes, en el que se desarrollan células cancerosas (malignas) en el hueso. En los niños se presenta con más frecuencia en las rodillas.

El sarcoma de Edwing (tumor neuroecodémico primitivo) es otro tipo de cáncer de huesos, menos frecuente que el anterior. Afecta con mayor número a los adolescentes, y las áreas más comunes son: pelvis, piernas (fémur), brazos (húmero) y costillas.

Sin embargo, el cáncer de huesos más frecuente es la metástasis, es decir, la implantación en el hueso de un cáncer preexistente en otra zona del cuerpo.

SÍNTOMAS

Los síntomas se manifiestan de acuerdo al tamaño y ubicación del tumor. Es importante consultar al médico ante estos signos de alerta:
  • Dolor agudo de huesos (lo suficiente como para despertar al paciente)
  • Bulto o hinchazón que aumenta de tamaño de manera progresiva, no necesariamente doloroso
  • Hinchazón y sensibilidad en las articulaciones (sólo en caso de que el cáncer se encuentre próximo a una articulación)
  • Fractura de hueso como respuesta a una lesión menor
  • Fatiga
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Fiebre o sudor nocturno

FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo están relacionados con la edad del paciente, es decir, en los niños las posibilidades de que se presente pueden aumentar si:
  • Reciben radioterapia o quimioterapia.
  • Tiene antecedentes familiares
  • Sufren de Retinoblastoma (cáncer de ojo) o Síndrome de Li-Fraumeni
  • Presenta exostosis múltiple hereditaria (crecimiento anormal de los huesos)
En adultos los factores que predisponen a la enfermedad son:
  • Enfermedad de Pager
  • Exposición a materiales radioactivos
En relación al cáncer de huesos secundario o metastático, comprenden:
  • Cáncer de seno
  • Cáncer de pulmón
  • Cáncer de próstata
  • Cáncer de riñón
  • Cáncer de sistema gastro-intestinal
  • Cáncer de tiroides

PREVENCIÓN

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Diagnóstico

Varias son las pruebas que el médico realiza para ofrecer su diagnóstico. Una de ellas es el análisis de sangre para verificar el nivel de enzima fosfatasa alcalina. Su presencia en cantidad superior a la normal es signo de alarma.

Otro estudio, es la exploración de los huesos que se realiza mediante una sustancia radioactiva inyectada en la corriente sanguínea, la cual es absorbida por el tejido óseo y, posteriormente, se satrea. También se puede hacer uso de: rayos X, tomografía computarizada, y resonancia magnética. Sin embargo, en la mayoría de los casos es necesario realizar un biopsia para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento

En cuanto el médico identifica el tipo de cáncer, se puede recurrir a una intervención quirúrgica, así como a la radioterapia, quimioterapia y de manera complementaria, la terapia mieloablativa, con apoyo de células madres.

La terapia mieloablativa es un método intensivo diseñado para destruir todo tipo de célula que se divida rápidamente, como las cancerosas. Desafortunadamente en el organismo, las células sanguíneas normales también se dividen velozmente y, por tanto, son susceptibles de ser eliminadas con la terapia mieloablativa. Las células madres poseen la cualidad de autorenovarse constantemente y elaborar otros tipos de células de la sangre. Su presencia, entonces, resulta valiosa para aumentar la presencia de nuevas células sanguíneas y sustituir a aquellas que se hayan sido eliminadas con la terapia mieloablativa.
Como en todos los procesos cancerosos, la probabilidad de recuperación (pronóstico) y la elección de tratamiento dependerán del tamaño, localización, tipo y estadio del cáncer, el tiempo transcurrido desde el inicio de síntomas, y del estado de salud en general, por lo que es indispensable acudir con su médico periódicamente para incrementar las posibilidades de recuperación total.

cuantas costillas tiene el ser humano

Costillas del ser humano: número, función y clasificación

1. INTRODUCCIÓN

1.1. ¿Cuántas costillas tiene el ser humano?
El ser humano tiene 24 costillas rodeando el pecho, formando lo que se conoce como “caja torácica“.

1.2. ¿Para qué sirven las costillas (función)?
Este sistema óseo protege el corazón y los pulmones y sirve de soporte a todo el cuerpo.


1.3. ¿Cómo se clasifican las costillas del ser humano?

Las 24 costillas humanas se dividen en dos secciones de 12 costillas (izquierda y derecha) y a su vez estas se clasifican como:
- Esternales (verdaderas): Primeras 7 costillas contando de arriba a abajo en una vista sagital.
- Asternales (falsas): Siguientes 3 costillas después de las esternales.
- Flotantes: Últimas 2 costillas después de las asternales.

2. IMAGEN DE LAS COSTILLAS HUMANAS

Figura 1. Costillas humanas (Vista sagital y frontal)